Invisibles

La mirada. Enfocamos, seleccionamos, excluimos. Todo eso que queda fuera, todo eso que no se ve, todo lo que, de algún modo, rechazamos, porque no está cerca, porque no tiene suficiente luz, todo eso, es la vida. Miramos sólo aquello que brilla, como si necesitásemos constantemente las señales cegadoras que alguien nos proyecta a los ojos para seguir adelante. Todo lo que chirría es susceptible de ser visto. Por lo tanto, hay que gritar más alto, estar más tiempo, ser más lo que haya que ser, a cada instante.
Podría parecer que la mirada de alguien invisible no tiene tanto valor como la mirada de alguien visible. Podría pensarse que lo invisible no es siquiera una sombra. Nada más lejos de la realidad.
De las sombras reflejadas en los espejos, en los muros, en las ventanas, en el asfalto, en los jardines, en las escuelas, en las fábricas, las oficinas, las escaleras, las hojas caídas, las bibliotecas, las casas – cualquier casa – las pantallas, la escena – cualquier escena -. De ahí salen las verdaderas historias.
Sin embargo, únicamente miramos lo que tenemos cerca. Al alcance de una mano no del todo extendida, con el movimiento apenas sugerido. Esperamos que nos llegue fácil, que nos llegue pronto. Que sea sin querer, sin pensar, sin apenas elegir. Para qué.
Hubo movimientos invisibles que nos perdimos por no mirar. Hubo revoluciones invisibles que no supimos ver porque sucedieron a oscuras, cuando el foco estaba en otro sitio. Hubo gente que pudo habernos enseñado y que apenas percibimos. Hubo enormes, cruentas, invisibles luchas que jamás descubrimos.
Es hora de cambiar. Y mirar.

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Miramos a: AMALIA SANCHO

Actriz y locutora catalana. Estudió Historia del Arte. Trabaja en cine y TV. Viene de participar en un proyecto de La Selva, cooperativa de cine de Barcelona con la directora argentina Lucrecia Martel.
Está escribiendo un guion, adaptación de un libro.

Dice cosas como estas:

“Es difícil como mujer, a medida que pasa el tiempo hay menos personajes femeninos”.
“Hay que buscar las oportunidades, que no es nada fácil”.
“Mujer. Actriz. 50 años. Necesidad de crear personajes más cercanos a una”.
“Lo tenemos que normalizar”.
“Hay muchos más personajes masculinos que femeninos, porque hay más guionistas, directores y productores”.
“Yo creo que esto tiene que dar un giro porque hay muchas producciones”.
“A nivel de funcionamiento personal tuve un agente durante un tiempo hasta que me di cuenta de que tener un representante sin ser una actriz muy posicionada…, hay que trabajar mano a mano con alguien”.

“Hagámonos visibles”.

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